CASA ROSA
El estudio V&BA cruza la península ibérica para rehabilitar una casa de cós, una tipología de vivienda unifamiliar tradicional del Maresme, en Barcelona. Se caracterizan por estar construidas en porciones de tierra significativamente estrechas y alargadas, donde el ancho venía determinado por la longitud de las vigas estructurales de la época, no superando los cinco metros de ancho.
La vivienda fue construida a principios del siglo XIX con la estructura habitual: sótano, planta baja, planta primera y bajocubierta, con una fachada a la calle y otra a un patio interior. Esta distribución se mantenía a día de hoy, aunque las diferentes actuaciones y añadidos en el patio que se realizaron a lo largo de los años la habían convertido en una casa oscura y fría en la que entraba muy poca luz natural. Con una altura libre de 3,70 metros, la parte delantera de la planta baja estaba destinada al negocio familiar, mientras que la parte trasera y la planta primera se utilizaban para la vida privada.
El proyecto desarrollado por V&BA se desenvolvió en tres fases: adecuación estructural, funcional y térmica. El objetivo nos cuentan que era “desprendernos de todo aquello que bloqueaba, limitaba y no aportaba valor , con la intención de revindicar lo esencial y poniendo en valor la estructura original de la «casa de cós» y, compatibilizarlo así mismo con un estilo de vida más actual”.
En la primera fase revisaron la estabilidad de la estructura y ejecutaron los refuerzos necesarios, aplicando un tratamiento anticarcoma a todas las vigas originales de madera que quedaron a la vista.
La fase de adecuación funcional fue la más larga y complicada, en la que se llevaron a cabo numerosos trabajos. La principal premisa era recuperar la luz natural, para lo cual acabaron con la compartimentación interior y demolieron elementos y varias escaleras del patio exterior que cortaban el paso de la luz, y redistribuyeron los espacios ampliando ventanales al patio.
En planta baja se traslada la cocina a la parte delantera que da a fachada, dejando el salón y el comedor en la parte trasera con vistas al patio, de mayor intimidad. En el centro, bajo las escaleras, se coloca un nuevo aseo que da servicio a la planta. En el comedor se abre un acceso directo al porche.
En planta primera se mantienen los dos dormitorios existentes y se añade un baño completo en el centro, también junto a las escaleras, dotando a la planta de una nueva estancia de la que no disponía anteriormente. El dormitorio de la parte trasera cuenta con acceso a la terraza exterior, dividida en dos alturas.
Para desvelar el pasado de la vivienda se deja a la vista el ladrillo original, pintado de blanco conservando su textura, sus cicatrices y sus rugosidades. El pavimento no es posible conservarlo por su mal estado, por lo que se coloca tarima laminada de madera de roble en toda la casa, excepto en escaleras, baños y terrazas que se coloca gres porcelánico. Parte de la iluminación de la vivienda es indirecta para resaltar las texturas del ladrillo original y los techos.
Por último, la fase de adecuación térmica pasa por renovar por completo todas las instalaciones, implantando un sistema de aerotermia para calefacción y agua caliente. Se aísla toda la envolvente de la vivienda y se sustituyen carpinterías exteriores por nuevas con mejores prestaciones.
Una rehabilitación completa realizada en tres fases que consigue con creces su objetivo: inundar el interior de luz natural y traer la vivienda tradicional hasta nuestros días, dotándola del confort necesario para su habitabilidad.
